lunes, 24 de diciembre de 2012


Palabras de Carmen Berenguer en Lectura Poética de Astrid Fugellie en la Feria Internacional del Libro de Santiago 2012

En off Astrid Fugellie


Querida Astrid, nos conocemos muchos años, eres autora de más de una decena de libros, vale decir eres una autora que produce lenguaje literario. Que abre decires en sus discursos literarios por medio de un riguroso trazo poético.
            ¿Desde donde cursa su gesta la autora y poeta Astrid Fugellie? Creo que a estas alturas ya lo sabemos: Desde un sujeto que despliega un lenguaje de suyo.
            Sabemos las que escribimos poesía que en chile no es fácil escribir, y decirse poeta.  Existe un enorme paraguas que da sombra, por los tiempos de los tiempos y que amen hayan pasado el siglo perviven. Y los cancerberos, continúan allí, los mismos que piensan que el lenguaje es fijo.
            Por otro lado, es decir por el mismo lado, como la lengua muda de prenda en prenda, es exigente nuestro tiempo y conviene mantener la cabeza fría y los pies calentitos, ya que nos obliga a pensar que lo que requiera decir con el lenguaje que quiera emplear será siempre una utopía llegar apropiadamente con la lengua de nuestro imaginario.
            Nuestra autoexigencia es pensar en eso todo el tiempo, como una obsesa, ofuscada, terca e insistente, deslumbrada y fascinada, neurótica, perturbada, posesa, para no quedar encerrada en el gueto.       
            Es importante de si vale la pena dar esta pelea por la lengua, como lo hizo Sor Juana Inés de la Cruz, por los espacios que ocupamos en la sociedad civil y cultural del país, es importante reiterar lo que dice Pierre Bourdieu en el ensayo : “La dominación masculina”. Y esta dominación está tan incorporada en nuestro inconsciente simbólico ancestral de la lengua, que creemos aquello que la poesía es según San Tadeo que nos dicta la ley literaria desde el Opus Dei, creemos lo que dice un erudito académico quién sabe de qué raíz etimológica, viene aquello del género femenino y es; aquello que sabemos: Escribir y organizar el mundo en palabras, eso ya  es pensar y tener conciencia de habla.
            En cualquier división de género arcaica que realizamos:   poesía, novela, crónica, el lenguaje, el lenguaje se mueve por cualquier parte, entra y sale se enreda en nosotras, que pensamos no estar al servicio de su belleza, pues como escritoras, sabemos que el lenguaje crea un problema, tiene fondo.
            Es importante revisar la Constitución, cómo está escrita, y pensar que para nuestras demandas, no se ha movido ni medio punto. Es muy válido releer y revisar la literatura como homonorma  y leerla con el fin de derribar lo que se inventa en su nombre.
           
            Querida Astrid, has escrito un libro en tres partes, la memoria, el escarabajo como una forma de refugio, y el insomnio. Vale decir estar en vela. No poder dormir. No poder descansar. A través de estos tres momentos, Asteriza, es el único refugio al que alude la sujeto de la trama del discurso de la desesperación y el caos.
            El estar Off, también es un estado, momento, sensación que alude un afuera, haberse perdido y haber perdido un centro. Y eso en poesía es estar fuera de si, salirse.
            Se puede decir, que es el enunciado en off, lo contrario de estar, In, adentro. En off Astrid Fugellie, en una tapa color rosa, podría absolutamente ser el color de la mujer, y ser la imagen de una pájara transparente con alas desplegadas, copulando o espejeándose en otros, otras.
            Eso se lee como introducción al abrir la carátula, cuyo fin es decir el interior que habla, dice, la lengua, dice verdadera por entremedio del ramaje lenguaje, dice: trágica, dice: temblor de la tragedia en la caída. Y como crisálida siempre en transformación en  plena metamorfosis, no solo en pos de la invención de otra lengua a partir de Huidobro.
            Inventar otra lengua que sea posible decirnos, lo que realizó Huidobro, en un abecedario personal y colectivo, que renovó el lenguaje cantarino lírico y su paisajismo provinciano, por medio de una lengua cosmopolita, cursó uno nuevo destino en la poesía chilena. 
            Astrid lo hace para conjurar el presente y la experiencia existencial de la caída, pero también para construir su alfabeto, escrito en el cuerpo, una coraza de metáforas, una casa, el signo refugio, que le sirve de sobrevivencia a través del bello diseño de la caparazón de la chinita nuestra. De esta coleóptera con alas rasantes para volar, volar de flor en flor, de palabra en palabras.

Carmen Berenguer