A la Memoria de mi Padre
Frente al ventanal,
aquella zoología,
nueve palomas
blancas:- las miro,
me dices,
es una o ninguna cuando sueño, y
en el sueño soy otro hombre, dices,
y las nueve palomas son una o ninguna:
doblan y desaparecen, me contabas,
cuando por las tardes,
te llegaba a
ver.
Frente al ventanal
la magia,
tú permanecías:
los vidrios hablaban,
así alucinaste,
cuando yo no
estaba.
Jamás buscas la verdad sino
el asombro,
y cantabas,
me acuerdo,
y es un
recuerdo la vida, decías,
con los ojos cerrados.
Frente al ventanal
donde el
edificio de enfrente,
te mostró nueve mujeres diversas,
mundos íntimos se revelaban por los balcones,
sus ventanas,
agua de
cántaros abrían puertas secretas,
en esos inviernos
lluviosos,
cuando su
arquitectura te seducía, y
nueve mujeres
nuevas,
te sedujeron.
-¡Tan pronto lunese!,
dijiste
porque no
eran nueve mujeres,
sino una, o
ninguna,
yo no estuve.
Frente al ventanal,
la mitología, la biología, la teología
la parodia y
otras cinco certidumbres
inciertas:-¡son nueve!,
me contabas,
de un lado al
otro del pasillo,
del caleidoscopio al laberinto,
nueve
o una
o ninguna.
El rumor de otras lenguas se unían
al color de un
naciente,
o al grito de
un pájaro,
eje blanco y
rojo de esa flor encarnada,
la que miro
con ojos húmedos,
acacia
sobre tu
lecho.
Frente al ventanal,
el que
miraste con asombro
como si fuera la primera vez que le veías,
tu manera de
ser, y
de hacer tan
idénticas a la flor
que retengo
entre las manos,
son nueve acacias
o una,
o ninguna, dije.
-El hombre es uno, los poetas, uno,
sus libros,
tan solo uno que será,
la suma de todos, me dijiste,
cuando velé
tu agonía, y
hablamos con largura,
nuestras larguras.
Básteme decir
que sentí
como apagabas
de a gota,
como te ibas
…ignoro si
satisfecho o triste…,
por lo pronto,
aquel acto lo
llevaste al otro lado,
del que nada
sabemos,
ni siquiera si
es falso, si acaso
existe o no
existe.
Razonable imaginar
entonces,
que son nueve,
o es uno,
o ninguno,
Padre.
Astrid
Fugellie Gezan
Santiago, 3 de Febrero del 2013.