miércoles, 9 de noviembre de 2016

Los cuatro elementos fundantes en cuatro microficciones de Mariela Ríos Ruiz- Tagle


Si bien es cierto el micro relato es, por identificación, un relámpago, un flash, una condensación, un quebrantamiento, y/o “una inquietante fragilidad”, según Augusto Monterroso, entre otros-as, no es menos verdadero, también, que en opinión de Borges, cito: “este género posee un rigor más severo en su construcción, y una prosa menos decorativa pero más pudorosa y más limpia”.

En Chile la micro ficción surge en los años 80, cuando la Dictadura Militar desbastaba la libertad de expresión del artista que, entonces, se vio obligado a buscar otra estética que diera cuenta de la fragmentación social de la que éramos objeto.

Surge entonces la brevedad, la mini ficción, el mini teatro, la micro danza, necesario argumento para reelaborar una civilidad rota.

No obstante lo dicho, que por cierto está en el libro Hija Única, he querido hacer un cambio de imaginario y/o paradigma.

Tomo entonces los cuatro elementos fundantes; me refiero al agua, a la tierra, al aire y al fuego para, enseguida, aplicarlo a cuatro mini relatos de Mariela Ríos Ruíz Tagle en Hija Única.

El agua, la tierra, el fuego y el aire

Luego de caminar largos años nuestra literatura, la chilena evidentemente, he llegado a leer estos cuatro elementos en cuatro magistrales exponentes de nuestra lírica. Me refiero a Neruda, (agua), Mistral, (tierra), De Rokha, (fuego), y, Huidobro, (aire) y que, coincidentemente para mi satisfacción, los encuentro en nuestra autora en particular.

Pablo Neruda, ejemplo vivo del agua dice, cito: “…Cada uno avanza embargado en aquella soledad sin márgenes, en aquel servicio verde y blanco, los bosques derribados…la soledad, el agua…”

Se trata entonces, del primer cimiento que vislumbro en el texto Hija Única de Ríos Ruiz Tagle, y su introducción al agua como elemento fundante, cito pág. 22:

“…Uno a otro se comunican, se entienden, se hablan, se unen, se separan, se abren, se distienden, se tocan, se besan, se trasmutan, se nublan, se pierden, se inundan, se vierten, se llueven, se mojan, se engrandecen, se empequeñecen, se vuelven locos todos los nervios de mi cuerpo al verte.”, (Espasmo).

Me convence, ahora, mistralear con Gabriela los contornos de la lengua y mistrando, me sumerjo en ella, acaso el Valle del Elqui donde Lucila refirió a su idioma:

   cito: ”… en el tiempo en que yo me peleaba con la lengua, exigiéndole intensidad, me solía oír, mientras escribía, un crujido de dientes bastante colérico, el rechinar de la lija sobre el filo romo del idioma…”

Clave simbólica en Ríos Ruiz Tagle, la existencia humana que nos dilucida aquello único, irrepetible e intransferible que somos, cito, pág. 107:

“…El cielo se oscurece y alguien toca un saxo a lo lejos.
La melodía se va alejando en la medida que camino por la avenida, los largos árboles silenciosos me acompañan, las flores que comienzan a nacer, las parejas sentadas en los bancos, las nubes arriba, ese gatito inquieto en la esquina, todos me acompañan.
Todos menos tú. (Ausente).
 
Redondeando estas micro ficciones de Ríos Ruiz Tagle, sus nudos, los atados y des-atados, sus hechos y sus desechos, surge el fuego de Pablo, nuestro Pablo de Rokha, cito:…Al poema como al candado, es menester echarle llave; al poema como a la flor, o a la mujer, o a la ciudad, que es la entrada del hombre…”

Mariela Ríos Ruíz Tagle aborda al fuego-amor en toda su intensidad, su fragmentación temática es notable en esta hechura, cito pág. 61:

   “… La pregunta estaba escrita en tus ojos, pero como nunca te miraste al espejo, no pudiste saber que yo era la respuesta”. (La Ceguera).
Lo trascendente como factor cumbre y concepto vuela, arrima y sumerge en el aire, el aire que es y versifica Huidobro, cito:…Cae / Cae eternamente / Cae al fondo del infinito / Cae al fondo del tiempo…”

(Conviene recordar aquí, también, La joven del abrigo largo, micro ficción de Vicente Huidobro).

Coincidentemente Ríos Ruiz Tagle también es protagonista de este torrente, cito 88 …Tiraré los años por el balcón, como son delgados, de la mano del viento, se convertirán en pestañas de algún astro cercano.

Hoy quiero dormir con mis ojos abiertos. (Sonámbula).

Suscribiendo a la premisa de Bloom, “todo género es poesía”, y, apelando a lo que también sé, suscribe Mariela porque es poeta y sabe de lo breve, lo leve, de la síntesis, que en definitiva,  es una aspiración de larguras en el arte, y en su estética, he considerado indispensable traer a colación a estos cuatro padres literarios con sus respectivos elemento fundantes, para recomendar a nuestra escritora con su tale,   Hija Única, como a una  ráfaga efectiva, una  story, un yarn, un sketch,  que estoy cierta y convencida,  todos y cada uno de ustedes engullirán solaces por goce, por deleite hacia esta maravillosa escritora y,  escritura.

Gracias amiga querida, gracias.

                                                       Astrid Fugellie Gezan

                                                                   Poeta