domingo, 12 de enero de 2014

La mujer del antifaz


La mujer del antifaz prefiere callar, ciega

tras mas ceguera confunde, el inicio, las

gardenias.


Un recuerdo la conduce al silencio del ojo

vigilante, así intenta volver a los mosaicos
  
a los retratos.


Sus pies tropiezan, y la azotea le acoge, y

las moscas de la procesión ayudan al

montaje.


En la escena cavila y nombra, nombra por su

nombre a la miseria.


La mujer, aparece y des-aparece, tras el

telón.          


El espectáculo funciona, des-

garra,

               oprime.




Ajena, ciega  y loca ríe, y sus lágrimas le

dibujan ojeras.  


La mujer del antifaz, la mujer de la noche: 

la demente-obcecada,

la actriz venida a menos,

la madre.  

 
Astrid Fugellie

(del libro inédito, LA  MUERTEVIVA  JUEGA  CON  


NOSOTROS)

La figura


Era la noche

era de espíritu la noche, y

era tu cuerpo

era de espíritu tu cuerpo

llegando a mi

lecho

sentándose atormentado

derrumbándose

lo vi.


Supe entonces que

vagabas alma en pena 

vagabas.
  

De algún modo me

sorprendías: -¡existe!, dije                       

aquí              allí              

bajo el agua del

jarrón, frente al muro de  

la pieza, sobre el anillo

de la luna

no lo sé.


En mi  dejaste  

una gruta sin término en el vientre.

Astrid Fugellie
                                                        


(del libro inédito, LAS   FLORES   DEL   MORIR)