domingo, 18 de mayo de 2014

Cirugía Mayor


  
                     IX



de vuelta a la ciega noche: -¿dónde el

cielo, existe acaso, acaso

le veo, volveré a verle?


y a ti, ahí donde me piensas, ¿vol-

verás?


acoger el primer llanto, Astrid,

                                      golpe,

                                       llanto,

así,

así como la criatura más frágil, así

así.


¿habré de profundizar en la hon-

donada, la eventualidad?

  
                     


                           X




los focos encendidos, ce-guantes, y

esas voces del más acá como

del más allá…


la insistencia amieda, los ojos a-

briéndose de a poco los ojos caídas las

lágrimas cayendo de a poco, como en

un acto la pura ternura que desatan las

lágrimas:¿-qué, quién?, me limpian, me

secan el flujo donde hay un mar oscuro,

la tarde condenada a la pregunta:-¿me

pensaste, acaso aún me piensas?




                         XI




Extraviarse en el túnel oscuro, extravío

de mar oscuro:-¡despierta!

al mar oscuro tu cuerpo inconciente aún

tu

amoroso cuerpo solícito de amor como

los cuerpos:-piensa-me!, me pensabas

acaso?





                       XII



Ida, la huída, la formidable grieta de amor,

de puro amor el más triste del mar

oscuro

oscuro

oscuro de a golpe…respira profundo

tira…

respira profundo

tira

y el torrente, el sanguíneo, rojo   rojo 

rojo torrente como la mar oscura

oscurorojo.




                        XIII




Cogieron a mi cuerpo como a un puñado

de arena, de tierra como la tierra, de larvas

como las larvas, las

mariposas nocturnas, y

le esparcieron: fue derramar

fue  derrame inaudito, medio a

medio

como en los partos

como en el alma:- justo!.




XIV


Abraza-me pedí   derramada-derrama-me

sobre la

planicie verde, a todo el largo de la mar

oscura,  la bastedad caótica de la

vida

qué vida:-que   cual   quién     tú

modela-me   hazme  el   amor   el amor

todo el amor como al  más puro de tus

hijos   con el canto como el canto más

ontológico   acoge   mi cuerpo agonía

agonizan las estrafalarias caderas  

abierto  los muslos  al

extraño liquen:


-:me piensas acaso?  


acaso te enredas al mismísimo nudo

umbilical    mi vientre   su erótica

exploración te enredas vientre como

mil mujeres que gritan un grito, grito como

el grito  

como la paz  

como el amor   entonces


                 

XV


En este breve tiempo

en lo obvio de mi ausencia

en la obviedad de tanta enajenación   me

piensas   me ausentas   me sueltas    todo

me va llevando a tu deseo   tanto deseo   

tanto   travesía de la mar oscura

raros

continentes atraviesa tu extraña

travesía extraña    -te   

sueño.
 



XVI




Inspira

respira

inspira

respira   golpe   golpe   ¡Astrid!  la

camilla como prado   la cuerita  a-

tada a  los ojos desbordados des-

bordando lágrimas   juntándose a la

mar oscura, la pupila

in-consiente a la hora de la herida, los

brazos te son ajenos,  agonía de la mutilación

genética

como la génesis del mundo  

y qué mundo,  me digo, de    a    poco

entibiada,

enfriada, y

fuera todo ritmo circulando, 

con otra lógica los edificios, los  

sobrepuestos edificios  a la dimensión más

espeluznante de la vida:

- …no   no   no   no hay tiempo, el

 tiempo me fuga…






XVII



todo nubla los tubos las agujas duelen,

duelen       ay, tengo miedo, tanto

miedo…   oscuro   enaje-

nante  tiempo otro

entre plataformas y delantales blancos y verdes y

brillantes instrumentos que

penetran,

que cortan

y anestésicos y ungüentos y

cabezas y ojos y

guantes:- respira profundo  respira   no tires   se…

-…se  va   se  nubla   desaparece…  




XVIII



Metáfora fílmica    la calle de

enfrente   fui pintando tu cuerpo fui tu rostro

demacró el día casi día, su

imagen   su escena   qué difícil  se  hace la

tarde   qué   de un salto me salta la

tristeza.




XIX


un circo de vuelta la

manzana, de vuelta esa esquina

una arquitectura circense más  cerca de

la vida,

había  imágenes de

ruidos, los sonidos se oían en

la metáfora, cinemáticas las mascarillas, estuvo tu

sombrero, si, la sombra de tu sombrero   estaba no

lejos y, un pájaro salía  de mi pecho, mi pecho

estaba lejos   como la mar

oscura, montañas  triangulares   lejos, laberinto sus

cámaras huecas sobre tus rocas sus  cámaras negras no

más    dobla la esquina:-…me piensas   acaso?





XX


Por los dedos de mi mano la humedad de

un beso, un beso me cuela la humedad   mis

pechos, tu beso   toda   me   cuela, ¡ay qué

muerte más vida, dios!





Astrid Fugellie
Del libro inédito “Cirugía Mayor”