martes, 11 de septiembre de 2012


raulina yagán yagán



Raulina Yagán Yagán, la última yámana de Tekenica y de  Ukika, poblados de nutrias y sembraderos vecinos a la  crueldad de las redes y el mar, murió un diez
y siete de abril de mil novecientos ochenta y siete.

Raulina Yagán Yagán no dejó más descendencia que
uno que otro tejido a telar, que la infeliz hubo de
aprender para sobrevivir, porque el mínimo empleo
repelió su oficio de entrelazadora de canastos y
canoas en miniatura.

Y así, Raulina Yagán Yagán, la última yámana de
Tekenica y de Ukika subió a los cielos donde Pedro,
en nombre del Dios Padre Todo Poderoso la recibió:
—¿Tu nombre?

—Raulina Yagán Yagán, repuso la indígena con la
cabeza gacha, y luego agregó, Annu lalayala...

—¿Qué dices?, interrogó el Blanco Santo.

—¡Los he dejado!, ¡Ya los he dejado!, ¿Dónde puedo
encontrar a mi padre dios yámana?

—¿Tu dios padre yámana?, ¿Te refieres al dios padre
de los yaganes?, insistió algo desconcertado el bueno
de Pedro.

—¡Sí!, sisí, se esperanzó Raulina Yagán Yagán.

—Murió, Raulina, tu padre dios murió el diez y siete
de abril de mil novecientos ochenta y siete, en la
tarde.

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