miércoles, 12 de marzo de 2014

La virgen


Las magas náufragas colgadas del ocaso,
entre el cielo y los pájaros, día a día miran, y
las miradas van cayendo sobre las tejas de
todos los asilos.


Quienes las hayan visto
vieron a la virgen que no tiene descanso,
sufre de estrés, y
se duerme en el lecho con la frigidez
de la luna.


Yo busco a la virgen que coló de mi pecho
porque las viejas señalan que ella existe, y
le prenden tres velas.


Luego,
se persignan:
…en el Nombre del Padre, del Hijo, y del
Espíritu Santo…y, rezan pero a ella la
omiten,
a pesar de las tres velas.


No debo ser  Maga, pienso, quizá sea la
virgen crédula del
Dios asexuado, y de su asexuado Hijo, el
Espíritu Santo me tiene sin cuidado, ya que,
por su obra y gracia,
el mundo se nos viene
abajo.


Del libro Llaves para una Maga, (cap. Llave de Cruz), de
EDITORIAL  LA  TRASTIENDA, (1999 1ª Ed., 2004, 2ª Ed.) 

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