“Ha muerto un ruiseñor.
Pero no llores, / gira,
caballo de la calesita.”
(Juan Gelman)
parque
de lo breve, lo leve, un tiempo de lluvias
un
carrusel.
así,
tablones giratorios huelen a pinos y aluci-
nantes
revolotean, cantan, esos violines del
del
arroyo.
nuestras
sombras se dirigen hacia el otro lado
del
mundo, y cautivos rodamos, viramos.
es
la intemperie, somos
un reloj
di-vagando
en las clausuras…
más tarde,
echo de menos al carrusel,
recreo
tan cerca del secreto
de
los nombres
como del misterio
de
los sueños, solaz, más
junto
a los campanarios quebradizos, a la
llovizna
bajo el cielo encarnado. Carrusel, ¡ay!,
pasatiempo
de las llaves inabordables:-¡en un a-
brir y cerrar los ojos murió la vida!
(al Parque María Betty de Menéndez de Punta Arenas, mi Aldea Natal)
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