viernes, 30 de enero de 2015

Las arrugas de María


   Mientras los hombres duermen

                    -yo no sé si las tiene María-

no he mirado sus ojos de cerca

no he mirado sus manos de día

sin embargo,

como grietas oscuras,

sus ARRUGAS INTERNAS se oyen

hasta el fin de la queda torcida:

su ilusión se alejó como el agua,

como el agua de un parto sin cría, y

le lloran

             ay

                 cómo gritan,

sus ARRUGAS DE TRAJESCONDIDO

mientras duermen los hombres lindantes

mientras duermen, o

no duermen.



Astrid Fugellie Gezan

Del libro Las Jornadas del Silencio
EDITORIAL NASCIMENTO, 1984.

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