domingo, 10 de octubre de 2010

La Visión


Esa sombra que camina por pasillos sueltos de amarras,
nadie la estanca,
nadie.
Esa sombra que lleva al hombro el desapego de los huesos
ahuecados,
nadie le hace frente,
nadie.
Esa sombra que abarca el misterio de una servidora
callada de nombre,
nadie la regaña,
nadie.
Esa sombra que se asoma por la ventana de enfrente
como un dios pecaminoso, marginal.
Esa que me hace guiños con el cuerpo castigado.
Esa visión, de pies a cabeza,
tan igual a la mía.

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