sábado, 12 de octubre de 2013

Aproximaciones a la poesía de Ivonne Gordon


Amigos, amigas, ¡en hora buena!, ¿verdad? :

              Para entrar en materia leeré un poema que hice a Ivonne en el Aeropuerto de Hungría, penúltima vez que nos vimos y que, jamás le envié, ni siquiera le di en su estadía en Chile, en mi antiguo hogar… Tampoco corregí no obstante, sirve para formarse una idea de lo que esta entrañable amiga, Catedrática de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Redlands, (California) y Poeta, significa para mi:


H   E   R   M   A   N   A   S
                                     

                                 A Ivonne Gordon Vailakis


¿Te acuerdes dónde el

encuentro?


¿En Guadalajara, o

en las avenidas rojas de Oregón?


¿Acaso,

en arribos asidos a luminarias, allá

en Montevideo,

o bajo las

cúpulas soñolientas de LA Monde Maître donde nos

reconocimos,  reconocí tus huellas aspadas a la

llovizna, a las margaritas

verticales?




Y si no mudo de  pensamiento

y si no mezclo tiempos verbales

y si no aupo andares lentos de roer

y si no fuera la certeza, el alma la  

tuya igualada.


Porque inauguramos la memoria antigua

porque un vientre mismo dio a luz una

metáfora hermaneada

porque nada en ti me fue desolado, ni tus

ojos saltados de orquídeas

ni tus manos atadas al blanco

ni aquellos pasos frente al  Danubio Azul tan
      
perplejas.




¿Es memoria, lo respiras acaso, leve

levemente ritual

ayer?                                    




Budapest enamora, y Pecb voltea hacia

el sueño espejeado:

caminos divergen o convergen en

geometría de palabras   apenas.




Pues bien igualada mía, a Berlín tu

ausencia que de tanto irse me llega, y

a Fráncfort  mi retorno que

de tanto irme nos vuelve adioses

dolidos.




Así

somos las mudas sobrecogedoras de los

llorones aeropuertos.





Algo o alguien se va, alguien o algo se fue, se nos
                              
fue allá

donde  viajarán las palabras  y aviejarán

los rostros, allá

donde  adelgaza el tiempo  y alarga el
  
retorno, allá

donde separaron límites,  ya

mojados los ojos, allá

donde me anudo ensanchada  al

monólogo sobrecogido del

silencio.

                            

                                                               Astrid Fugellie
                                                (Aeropuerto de Budapest, Hungría)


El Poeta tiene ventajas sobre el Prosista: una es ésta, poder salir del paso en la intensidad de un momento leyendo un poema en voz alta así, como acabo de hacerlo. El público siempre estará más dispuesto a oír unos versos, por l brevedad que conllevan probablemente, a que oír un discurso ya que la prosa, ha sido hecha para ser leída con los ojos, no con la boca. Parafraseando a Nicanor Parra: “la prosa es un arte visual en cambio, la poesía es un estupefaciente del oído” por tanto, (y continúo),  “no puedo valerme del mero artificio poético en una ocasión como ésta en que, por lo visto, se trata de pensar con la cabeza y no con el corazón como lo suele hacer el poeta.”                          La voz de Ivonne Gordon es una voz íntima, nostálgica, de proyecciones ritualistas a la manera de Pizarnik cuyos significantes llaman la atención y conmueven profundamente; Cito:  

“Busco el lugar sagrado más cerca del sol, / una rama cruje en el viento / como

signo de violación de lo sagrado, /  Busco sacarme la piel del cuerpo / que se

hace y deshace,” del libro, ( “Barro Blasfemo.”)


Hay oficio en la lírica de nuestra poeta; lo demuestra el reino de las esencias  cuya palabra o texto es tan real si no más que el reino de la existencia o  realidad.

Así su recorrido se torna luminoso, pero también, tangible;  Cito:

“Las plantas de los pies recorren / pasos en el otro lado de la memoria. /

En el vidrio aparecen jazmines y polvo, “; Cito: “El atrevimiento /

me hizo mirar / a la luna preñada / entró el cielo / (de “Barro Blasfemo”),


Gordon despliega con talento una sucesión de imágenes logrando un “vuelo estético” que cautiva por su dolor , su vacío;

Cito:

“Más allá / de la respiración de las caracolas / del latido del corazón de las

hormigas / del pulso de la sangre, / está la sombra final.” “Barro Blasfemo”,



La poeta en referencia  sorprende en un diálogo profundo consigo misma;

Cito: “cada día borro el día / me hundo sin reflexión / me hundo sin pasado /

me hundo / simplemente me hundo / me hundo más allá de la luz “, (“Manzanilla del Insomnio”)


Nuestra hablante escribe, como pedía Camus, a partir de las palabras pero también a partir de las ideas: Ivonne, con la valentía de todo poeta que se precie de su originalidad, que viene a ser su propia verdad, se-dice, se-departe, se-exterioriza, se-murmura, se-propone, se-razona, hace uso y abuso de la palabra construyendo Poesía dentro de la Poesía que abarca hechos históricos como en los despliegues dolidos de Yourcenard;

Cito:

A veces te veo

entre las multitudes que vinieron de las sombras

a veces te veo en el origen

de la habitación de al lado de la lluvia.

Y te veo

remendando con la aguja y el foco

los recuerdos de la guerra.


Te veo en cada hilo olvidando tu memoria

como un pez en el aire

te veo los ojos enrojecidos por el hilo negro

en la media negra ahuecada de memoria

frágil por ponerte una y otra vez la misma remendada.


Cuando te hago preguntas

sobre esos tiempos en Charlottenburger

u otra calle cualquiera en Berlín.

Tantas preguntas

sin contestar.


Cómo te escapaste de  los campos


de sangre desquiciada.


Callas el silencio de los trapistas

cambias de tema.

Vuelves al foco

a la dificultad de remendar una media  vieja.


Hablas sin parar del voltaje de los buzones desconocidos.


Trato de recoger los hilos del suelo

pero con tu suela me pisas el dedo

              como memoria de tu paso.                                                                                 




Podría enumerar éstos y otros textos que, otean, avizoran, escudriñan, registran, miran, observan su obra literaria.

“Pero el buen poeta no refuta a nadie” y en esto, descansa el secreto; clave,
misterio y tácito que, sabe muy bien nuestra poeta no obstante, su ingenio, su sorpresa, su esfera holística, arcaica muchas veces o, extraídas del habla popular, siempre diferente no obstante, asemejado al modo de Mistral que, llaman al alma y nos remiten a puerta de la infinitud divina, aquella que nos asombra y obliga a esa, doble tarea de vivir y de morir como en la adorable fisura de los sueños.



Astrid Fugellie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario