Amigos,
amigas, ¡en hora buena!, ¿verdad? :
Para entrar en materia leeré un
poema que hice a Ivonne en el Aeropuerto de Hungría, penúltima vez que nos
vimos y que, jamás le envié, ni siquiera le di en su estadía en Chile, en mi
antiguo hogar… Tampoco corregí no obstante, sirve para formarse una idea de lo
que esta entrañable amiga, Catedrática de Literatura Latinoamericana en la Universidad de
Redlands, (California) y Poeta, significa para mi:
H E R M A N A S
A Ivonne Gordon Vailakis
¿Te acuerdes dónde el
encuentro?
¿En Guadalajara, o
en las avenidas rojas de Oregón?
¿Acaso,
en arribos asidos a luminarias, allá
en Montevideo,
o bajo las
cúpulas soñolientas de LA Monde Maître donde
nos
reconocimos, reconocí
tus huellas aspadas a la
llovizna, a las margaritas
verticales?
Y si no mudo de pensamiento
y si no mezclo tiempos verbales
y si no aupo andares
lentos de roer
y si no fuera la certeza, el alma la
tuya igualada.
Porque inauguramos la memoria antigua
porque un vientre mismo dio a luz una
metáfora hermaneada
porque nada en ti me fue desolado, ni tus
ojos saltados de orquídeas
ni tus manos atadas al blanco
ni aquellos pasos frente al Danubio Azul tan
perplejas.
¿Es memoria, lo respiras acaso, leve
levemente ritual
ayer?
Budapest enamora, y Pecb voltea hacia
el sueño espejeado:
caminos divergen o convergen en
geometría de palabras
apenas.
Pues bien igualada mía, a Berlín tu
ausencia que de tanto irse me llega, y
a Fráncfort mi
retorno que
de tanto irme nos vuelve adioses
dolidos.
Así
somos las mudas sobrecogedoras de los
llorones aeropuertos.
Algo o alguien se va, alguien o algo se fue, se nos
fue allá
donde viajarán las
palabras y aviejarán
los rostros, allá
donde adelgaza el
tiempo y alarga el
retorno, allá
donde separaron límites, ya
mojados los ojos, allá
donde me anudo ensanchada al
monólogo sobrecogido del
silencio.
Astrid Fugellie
(Aeropuerto
de Budapest, Hungría)
El Poeta tiene ventajas sobre el
Prosista: una es ésta, poder salir del paso en la intensidad de un momento
leyendo un poema en voz alta así, como acabo de hacerlo. El público siempre
estará más dispuesto a oír unos versos, por l brevedad que conllevan
probablemente, a que oír un discurso ya que la prosa, ha sido hecha para ser
leída con los ojos, no con la boca. Parafraseando a Nicanor Parra: “la prosa es
un arte visual en cambio, la poesía es un estupefaciente del oído” por tanto, (y
continúo), “no puedo valerme del mero artificio
poético en una ocasión como ésta en que, por lo visto, se trata de pensar con
la cabeza y no con el corazón como lo suele hacer el poeta.” La voz de Ivonne
Gordon es una voz íntima, nostálgica, de proyecciones ritualistas a la manera
de Pizarnik cuyos significantes llaman la atención y conmueven profundamente;
Cito:
“Busco
el lugar sagrado más cerca del sol, / una rama cruje en el viento / como
signo
de violación de lo sagrado, / Busco
sacarme la piel del cuerpo / que se
hace
y deshace,” del libro, ( “Barro Blasfemo.”)
Hay oficio en la lírica de nuestra
poeta; lo demuestra el reino de las esencias cuya palabra o texto es tan real si no más que
el reino de la existencia o realidad.
Así su recorrido se torna luminoso, pero
también, tangible; Cito:
“Las
plantas de los pies recorren / pasos en el otro lado de la memoria. /
En
el vidrio aparecen jazmines y polvo, “; Cito: “El atrevimiento /
me
hizo mirar / a la luna preñada / entró el cielo / (de “Barro Blasfemo”),
Gordon despliega con talento una
sucesión de imágenes logrando un “vuelo estético” que cautiva por su dolor , su
vacío;
Cito:
“Más
allá / de la respiración de las caracolas / del latido del corazón de las
hormigas
/ del pulso de la sangre, / está la sombra final.” “Barro Blasfemo”,
La
poeta en referencia sorprende en un
diálogo profundo consigo misma;
Cito:
“cada día borro el día / me hundo sin reflexión / me hundo sin pasado /
me hundo / simplemente me hundo / me
hundo más allá de la luz “, (“Manzanilla del Insomnio”)
Nuestra hablante escribe, como pedía
Camus, a partir de las palabras pero también a partir de las ideas: Ivonne, con
la valentía de todo poeta que se precie de su originalidad, que viene a ser su
propia verdad, se-dice, se-departe, se-exterioriza, se-murmura, se-propone, se-razona,
hace uso y abuso de la palabra construyendo Poesía dentro de la Poesía que abarca hechos
históricos como en los despliegues dolidos de Yourcenard;
Cito:
A
veces te veo
entre
las multitudes que vinieron de las sombras
a
veces te veo en el origen
de
la habitación de al lado de la lluvia.
Y
te veo
remendando
con la aguja y el foco
los
recuerdos de la guerra.
Te
veo en cada hilo olvidando tu memoria
como
un pez en el aire
te
veo los ojos enrojecidos por el hilo negro
en
la media negra ahuecada de memoria
frágil
por ponerte una y otra vez la misma remendada.
Cuando
te hago preguntas
sobre
esos tiempos en Charlottenburger
u
otra calle cualquiera en Berlín.
Tantas
preguntas
sin
contestar.
Cómo
te escapaste de los campos
de
sangre desquiciada.
Callas
el silencio de los trapistas
cambias
de tema.
Vuelves
al foco
a
la dificultad de remendar una media
vieja.
Hablas
sin parar del voltaje de los buzones desconocidos.
Trato
de recoger los hilos del suelo
pero
con tu suela me pisas el dedo
como memoria de tu paso.
Podría enumerar éstos y otros textos
que, otean, avizoran, escudriñan, registran, miran, observan su obra literaria.
“Pero el buen poeta no refuta a nadie”
y en esto, descansa el secreto; clave,
misterio y tácito que, sabe muy bien
nuestra poeta no obstante, su ingenio, su sorpresa, su esfera holística,
arcaica muchas veces o, extraídas del habla popular, siempre diferente no obstante,
asemejado al modo de Mistral que, llaman al alma y nos remiten a puerta de la
infinitud divina, aquella que nos asombra y obliga a esa, doble tarea de vivir
y de morir como en la adorable fisura de los sueños.
Astrid Fugellie.
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