domingo, 12 de enero de 2014

La figura


Era la noche

era de espíritu la noche, y

era tu cuerpo

era de espíritu tu cuerpo

llegando a mi

lecho

sentándose atormentado

derrumbándose

lo vi.


Supe entonces que

vagabas alma en pena 

vagabas.
  

De algún modo me

sorprendías: -¡existe!, dije                       

aquí              allí              

bajo el agua del

jarrón, frente al muro de  

la pieza, sobre el anillo

de la luna

no lo sé.


En mi  dejaste  

una gruta sin término en el vientre.

Astrid Fugellie
                                                        


(del libro inédito, LAS   FLORES   DEL   MORIR)

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